Una persona especial

Hoy puedo asegurar que soy feliz, sin vueltas ni controversias lo doy por hecho en una simple afirmación, hoy soy feliz. Pero muchas personas se preguntarán a que se debe esto, pero ¿es que hacen falta motivos para ser feliz? Bueno, esa es una discusión para otro momento, hoy si tengo motivos para serlo y es que conocí a una persona especial, más ben conocí a una persona que me hace sentir especial, pues personas especiales pueden abundar pero las que te hacen sentir especial son contadas con los dedos de la mano.

Conocí a esta persona casi por casualidad como si de un tropiezo se tratara, vaya capricho del destino que por aburrimiento puede unir a dos personas y de la misma manera puede separarlas sin motivo alguno. Pues bien, intentaré no desviarme más del tema, porqué lo que les estoy por contar es lo importante en esta situación, esta persona es como la que esperaba encontrar pero que no buscaba, tal vez por pusilanimidad[1], pero que importa eso ahora que ya la conocí.

Compartimos gustos y pareceres, compartimos ideas, en fin casi como si hubiésemos sido hechos con el mismo molde, el mismo material, hasta en altura nos parecemos, el parecido es tal que llegó a sorprenderme de tal manera que pensé que tal vez era demasiado bueno para ser cierto, pero jamás esperé darme cuenta de lo que en verdad pasaba.

Fue un día gris, un día triste, con un cielo encapotado amenazando con lluvia, como esas tardes lluviosas de domingo mirando por la ventana sin nada más que hacer, estábamos ella y yo acostados en mi cama, conversábamos de temas varios, pero ninguno de importancia, como quien quiere llenar un incómodo silencio o un molesto vacío, fue en ese momento en que sentí que desfallecía.

-Aun me sorprende el parecido que tenemos-le dije.

Ella, riendo por lo bajo como una niña que acaba de hacer una travesura contestó desvergonzadamente- ¿Como no nos vamos a parecer tanto? si somos la misma persona-acabó de decir y en un abrir y cerrar de ojos me di cuenta de que estaba solo, acostado en mi cama rodeado de un gran vacío.

Miré hacía donde había un espejo frente a mi cama y allí estaba ella, tan perfecta como la recordaba, tan perfecta como, en mi soledad, la cree.

-tan solo te sentiste que me creaste a tu imagen y semejanza, pero lo que nunca debes olvidar es que eres la primera  persona que debes amar si deseas amar a alguien más, pues no ama quien no aprende a amarse antes-me dijo con una sonrisa radiante y desapareció en el espejo, o tal vez volvió a donde pertenecía, a mi propio ser.

 



[1] Pusilánime: falta de voluntad o de voluntad extremadamente débil


Comentarios

  1. Realmente fantástica y muy reflexiva narración

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  2. Wooo me enganchó pense que seria el comienzo de una historia clasica algo con desamor y ya,pero el final hermoso!! Realmente me sorprendió no me lo esperaba y real nadie ama sino aprende a amarse uno mismo... aplausos inmensos

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