el número de mi felicidad
Estaba en mi
casa, vacío como un sentimiento no correspondido, sentí la acuciante necesidad
de salir a caminar, por lo qué apagué la televisión, apuré el vaso de soda que
estaba bebiendo y fui a mi habitación, una vez allí recogí mi inhalador, fiel
compañero contra el asma. Luego tomé mis llaves y salí de mi casa.
No tenía automóvil,
por lo que comencé a caminar, pero pensando llegué a la conclusión de que la
ausencia de un automóvil en sí, supone que no me vuelva tan sedentario de algún
modo. Además suele haber detalles que en
un viaje en vehículo una persona no distinguiría por eso caminé sin un rumbo
fijo, pero mis andanzas me llevaron a una feria entre la calle cuarta y la
sexta.
Nunca había
ido a esa feria, por lo que deambulé durante un rato hasta llegar a un puesto y
recuerdo haberme quedado quieto frente a aquel puesto como si, de algún modo
hubiese llegado a destino.
Aquel puesto
era atendido por una atractiva chica (supongo que lo era ante mis ojos porque
no parecía de esas chicas que se maquillan al salir, sino que prefería mantenerse
siendo ella misma).
-hola, ¿te
puedo ayudar en algo?-me preguntó ella, dulcemente.
Yo seguía
con la mirada pérdida, y ella al ver que yo no contestaba insistió.
-flaco,
¿estás bien o te llamo una ambulancia?-preguntó ella riendo.
-necesito
algo un poco particular, debe ser algo que me haga feliz, no metafóricamente ni
mucho menos filosófico, sino algo simple-dije sencillo.
Ella rebuscó
en una pila de objetos y extrajo uno, lo tomó lo cubrió con papel para que no
se golpeará y le pagué el objeto, lo tomé y ella me entregó un papel que me
guardé suponiendo que era una especie de comprobante.
-nos vemos,
flaco-me dijo ella, guiñándome un ojo.
-adiós-le
correspondí yo el saludo.
Al llegar a
mi casa me dispuse a ver qué era lo que había comprado, cuando extraje el
objeto me sorprendí porqué, si bien sería difícil asegurar que aquello me hizo
feliz, no estaría de más aclarar qué estaba de camino a serlo.
Era un
retrato de la vendedora, y recordando el papel que ella me había dado, lo
extraje de mi bolsillo y me di cuenta de que en él estaba escrito su nombre y
un número de teléfono fijo, por lo que me dirigí al teléfono que había en mi
casa y marqué el número de mi felicidad.
es romántico !!!
ResponderEliminargracias,dani
Eliminarno creía que pudiese escribir algo al respecto pero al escribir uno no lo piensa